Franz Mochen
FallschirmJägers Ostgruppe
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Franz Mochen
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« : Agosto 03, 2015, 12:43:54 » |
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Acabo de terminar de leer el libro titulado “Decisión en Ucrania”, de George M. Nipe Jr. (Ediciones Platea).
Me ha gustado muchísimo. De hecho, lo considero uno de los libros de historia de la II GM donde más datos precisos he podido leer sobre un hecho histórico tan concreto.
Para quien le guste la historia y no le importe “marearse” un poco con tantos datos, es una auténtica gozada. A modo de ejemplo, se detallan las operaciones día a día y hora a hora en un lapso de tiempo que transcurre fundamentalmente entre la batalla de Kursk (principios de Julio del 43) y otras batallas muy relacionadas con esta (y de las que yo no tenía ni idea) hasta más o menos finales de agosto-principios de septiembre en el sector del Heeresgruppe Süd, dicho de otro modo, el terreno del Ejército alemán que comandaba Von Manstein por aquel entonces.
En honor a la verdad no es una obra especialmente dedicada Kursk sino a esas batallas posteriores (río Mius y Bogodukhov) que es donde ofrece un alarde de detalles, sin embargo también es una obra a tener en cuenta para juzgar Kursk y sobre todo su episodio más famoso (Prochorovka). Esto es así porque el autor arremete completamente contra algunos mitos a cerca de ese encuentro de tanques de Prochorovka, especialmente en cuanto a lo sucedido el 12 de Julio.
Con datos demuestra que la propaganda de los vencedores de la guerra exageró enormemente el número de panzers, pero sobre todo de Tigers, que se perdieron en ese encuentro. De hecho, el II SS Panzerkorps eliminó en aquella batalla a una cantidad casi equivalente a dos Ejercitos Acorazados rusos, a cambio de unas bajas “razonables” si se las juzga en el corto plazo, pero que ya sabemos que eran, eso sí, de difícil reemplazo para los germanos.
De todas formas, el mayor valor que me ha aportado la lectura de este libro, además de imaginarme el enorme sacrificio de vidas que ambos bandos hicieron (para que os hagáis una idea, en la batalla por el río Mius, murieron más rusos y alemanes en apenas un par de semanas, que todos los alemanes, americanos, ingleses y canadienses que cayeron en un período equivalente tras el día D en Normandía), es de una vez entender cómo es que Alemania perdió la guerra contra Rusia, ya desde mucho antes incluso de Kursk (yo diría que incluso antes de Stalingrado) aún teniendo como ventaja la bien engrasada y experimentada maquinaria de guerra que era la Wehrmacht por aquel entonces.
Finalmente, la enorme maquinaria industrial rusa, así como su casi inagotable reserva humana tenía que vencer si conseguía mantener una estrategia de desgaste de largo plazo. Es decir, los rusos siempre estuvieron dispuestos a perder vidas y material con poco que a cambio consiguieran hacer algún desgaste al bando alemán. Era cuestión de tiempo. Por otro lado, los alemanes se veían limitados por la naturaleza de las decisiones militares de Hitler, las cuáles siempre tenían una visión prioritariamente política y cortoplacista, en lugar de estrictamente una visión militar y pragmática, además de carecer de una estrategia de largo plazo.
Esta estrategia se aprecia de manera evidente en este libro, especialmente en el hecho de que los rusos deliberadamente sacrificaron un montón de tanques y divisiones de infantería en los alrededores del río Mius, simplemente para detraer fuerzas acorazadas alemanas del sector de Kursk.
Es también cierto que cuando ves los acontecimientos en su conjunto, la historia militar se entiende mucho mejor. Me refiero a que fue una cuestión de apenas un día más o menos, lo que motivo la orden de Hitler de detener la operación “Ciudadela”, influenciado por lo que estaba sucediendo en Sicilia (los aliados acababan de desembarcar allí, amenazando la estabilidad del régimen fascista italiano), y por las malas noticias de la operación en Kursk principalmente en el sector de Orel. Pero otra cosa era en el sector sur, donde como digo, los alemanes dieron una auténtica paliza a las fuerzas acorazadas rusas, incluso manteniendo parte de sus reservas aún sin actuar.
En otras palabras, siempre quedará la duda de que hubiese ocurrido si Hitler hubiera aceptado la propuesta de Manstein de continuar profundizando en la cabeza de puente sobre el río Psel, camino de Kursk. Según el autor, el final de la guerra no hubiera cambiado, debido a la enorme superioridad industrial y humana de los aliados, pero desde luego la historia en el Frente del Este hubiese cambiado bastante, al menos en lo que se refiere al verano-otoño del 43. Prueba de la capacidad de recuperación de los rusos, ante tal cantidad de pérdidas, es que en un plazo de dos semanas (si, he dicho bien, dos semanas, no dos meses ni dos años) recuperaron por completo los dos Ejercitos acorazados que perdieron en Kursk, y los pusieron en liza en la batalla de Bogodukhov, curiosamente (casualidades del destino) contra las mismas divisiones Panzer contras las que se enfrentaron unas semanas antes y fueron casi aniquilados. Los oficiales de carro alemanes, y especialmente los de Estado Mayor del Heeresgruppe Süd, no daban crédito a lo que veían.
La historia que cuenta el libro finaliza con la carrera en retirada de este grupo de Ejercitos alemán hacia el Dnieper, donde una vez más las órdenes absurdas de Hitler de mantener el terreno a toda costa (se perdían los graneros inmensos de Ucrania) marcó el destino irremediable de un montón de hombres.
Hay varias anécdotas o temas curiosos sobre los rusos y su forma de combatir que me han gustado mucho del libro. Uno de ellos es el término "Maskirovka". Se trata de la estrategia que seguían los rusos para ocultar sus verdaderas fuerzas en la retaguardia de alguno de sus frentes. Esto lo dominaban a las mil maravillas, hasta el punto de dejar de hacerlo deliberadamente cuando así les convenía, como ocurrió en la batalla por el río Mius.
También me ha parecido fascinante la admiración que sentían los alemanes por los rusos en alguna de sus habilidades en el combate, como por ejemplo a la hora de infiltrarse detrás de las líneas alemanas. Algunos oficiales alemanes se acostumbraron tanto que decían "...tu no los ves pero ya sabes que están detrás de tí, esperando el momento para atacarte".
También cabe decir que los alemanes llegaron a tomar como dogma de ley, que después de perder una posición ante los rusos, sólo tenías unas horas para organizar tu contra-ataque. Si lo hacían además los alemanes tenían muchas posibilidades de éxito ya que los rusos en ese momento siempre era más débiles, incluso contra fuerzas inferiores en número. Todo lo contrario ocurría se dejaban a los rusos fortalecer un posición. En ese caso ya sabian que el tema costaría muchas vidas.
La bibliografía en la que se ha basado el autor es, sin género de duda, inmensa y muy valiosa. Especialmente me refiero al acceso que ha podido tener a archivos microfilmados que están en manos hoy en día del Ejercito de los Estados Unidos. Se trata de los archivos originales de todas y cada una de las divisiones acorazadas y panzergrenadier que lucharon en esos días en aquella zona. Me encantaría poder tener acceso a esa información original, pero me temo que no está publicada en Internet.
En resumen, un libro que hay que leer si o si, si te gusta entrar a detalle en la historia de la II GM.
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